Esta distinción entre circunstancias personales y circunstancias locales o situacionales, no sólo se da en lo que generalmente se ha entendido como casos o declinaciones, sino que también se observa en el verbo. Así por ejemplo se suele hacer una distinción en el verbo vasco entre EDUKI y UKAN.
Se puede malinterpretar esta distinción si no se es consciente de que en el caso del verbo UKAN no estamos refiriendo a una posesión personal y en el caso del verbo EDUKI a una posesión local. Aunque el uso puede deformar estas tendencias.
Lo mismo sucede en el caso del castellano, con la dicotomía: SER-ESTAR, o HABER-TENER.
En el caso de los verbos: Ser, Haber, nos encontramos ante circunstancias personales, y en el caso del Estar y el Tener, ante circunstancias locales.
Un caso paradigmático de todo esto es el caso del japonés que, anteponiendo dos partículas distintas, puede, con la misma frase, determinar a qué circunstancia se está refiriendo, v.g.
«El cielo es azul», «sora wa aoi desu» (cielo/determinante) azul / es, antepone la partícula wa (determinado, circunstancia personal)
«El cielo está azul»/» sora ga aoi desu» (cielo/determinado) azul / es, antepone la partícula ga (indeterminado, circunstancia local)
Una aplicación de todo lo dicho puede verse en la siguiente síntesis sintáctica:
Este mismo análisis puede variar según en el contexto en que se situé.