Este apartado llamado Gramática Universal está basado en la documentación y apuntes de Xabier Interideal pero puede haber incorrecciones y es un intento de sintetizar y resumir la Gramática Universal por lo que puede haber incorrecciones.
El propósito de este trabajo (entendido como una propuesta abierta) es mostrar un intento de gramática universal/ que se apoya en una serie de ideas básicas:
La idea más compleja puede ser reducida a sus componentes básicos de modo que sea mucho más sencilla su comprensión.
Esta intuición ha tenido su desarrollo más palpable en la lógica matemática, y en el álgebra, reduciendo la más complicada matemática a la combinación y estructuración jerarquizada de 0 y 1, es decir a una estructura binaria y el más simple ordenador es capaz de resolver complicadas operaciones matemáticas, a pesar de que en su construcción y funcionamiento nos resulten de difícil comprensión, reduciéndolas, en sus instrucciones, a sus componentes esenciales, la sintaxis puede y debe ser entendida como la combinación de dos elementos, es decir de un binomio lingüístico, que pueden recibir distintos nombres según las funciones que estén cumpliendo.
Consideramos este ensayo, propuesta abierta, de sumo interés para las personas interesadas en la traducción automática por ordenador.
En concreto en este ensayo utilizaremos un método de composición, que consiste en:
Este análisis, cuyo método es la síntesis sintáctica, se confronta con la gramática tradicional, que prefiere partir del todo (la oración) para llegar a las partes (categorías lingüísticas), estableciendo una descomposición o análisis sintáctico.
Estas ideas son herederas del análisis cartesiano, en el que se postulaba que el lenguaje debería ser universal y fácil, basándose en la lógica de la razón. En nuestro análisis, de clara base computacional, no se olvida sin embargo el papel de la semántica; aunque en el estadio de conocimientos en que nos hallamos sea de difícil asimilación, nosotros, en virtud del método dejaremos su exposición y explicación, que debe ser breve por el conocimiento escaso que se tiene de su funcionamiento e interacciones con la sintaxis, para la parte final de este ensayo, no por ello menospreciando su importancia, que es vital, como intentaremos mostrar.
El orden básico de la frase no importa la complejidad/ en la mayoría de los idiomas ha sido entendido por las gramáticas tradicionales como el reflejo del siguiente esquema: sujeto, verbo, objeto (S.V.O.) y sus múltiples combinaciones, v.g (S.O.V) (O.V.S), etc. Sin embargo, este esquema parece no aclarar ciertos problemas de la gramática universal que dificultan su implantación como estructura universal. Pudiera resultar más conveniente sustituir este esquema por otro que nos permita entender, de un modo más sencillo, las múltiples estructuras lingüísticas del mundo. Uno dinámico que explique con claridad las fases que las lenguas han tenido en su devenir temporal.
Este esquema debería estar estructurado en torno a dos elementos básicos: OBJETO VERBO, comentario-tema (entendidos de un modo distinto a los de la gramática tradicional). Estos dos elementos pudieran permitir explicar de una manera sencilla las estructuras complejas que componen un lenguaje. Uno de los objetivos de una gramática universal, como la propuesta por nosotros, sería el resaltar la importancia de esta complementariedad interactiva entre el binomio OBJETO VERBO y el binomio tema comentario, comentario-tema, lo que permite construir sobre la sencillez la complejidad.
Esta estructura binaria nos permite de un modo sencillo entender lo más complejo.
Hay que tener en cuenta que, de 5.000 millones de habitantes, más de 2.500 millones, es decir, más de la mitad entiende o habla idiomas Indo-europeos. Del resto, el chino con más de 1.000 millones también habla un idioma cuyo orden es S.V.O., sin embargo, según el anterior esquema quedaría sin explicar, entre otros problemas, la ergatividad del chino. No se ha de olvidar que más de tres cuartas partes de la humanidad hablan lenguas ergativas, es decir en las que prima más lo que se hace sobre quién lo hace. No se debe olvidar que la madre del Indoeuropeo, el hindi es ergativo.
Aunque el chino aparentemente responda a la estructura S.V.O., sin embargo, lo que realmente sucede responde al esquema que luego veremos, llamada mixta, A.C.V.O (Actor/ Circunstancias/ Verbo, Objeto).
Si se opta por una explicación en la que se prime la estructura OBJETO-VERBO, complementada interactivamente con los binomios tema-comentario, comentario-tema, estos y otros problemas pueden quedar solucionados, como podrá constatarse cuando se examine el lugar de la posición del actor, que dará lugar a la estructura funcional u oración.
A nuestro parecer las lenguas han seguido el siguiente esquema:
Las formas que existen hoy en el mundo, según la gramática tradicional son comentadas a continuación. En algunos puntos pudiera resultar poco clarificadora, pudiendo ser sustituida por un cuadro que se articule en tomo a las categorías de OBJETO-VERBO, complementadas interactivamente con el binomio comentario-tema que permiten una explicación más coherente y sencilla.
Todavía, en esta exposición, no hablaremos de prioridades o funciones del Actor o del Objeto-verbo.
(S.V.O)
(V.S.O)
(S.O.V)
Esta clasificación plantea muchos problemas, v.g el chino y otros, como hemos dicho antes.
El Guaraní (Paraguay y Brasil) es una lengua cuya construcción principal responde a una estructura de siniestra: comentario-tema.
El Otomi (México) es similar al chino, pero evolucionado. Admite tanto la estructura tema comentario (estructura de diestra), como la de comentario tema (estructura de siniestra).
El orden del ACTOR y del OBJETO es invariable, universal.
Además, existen posibilidades como V.O.A., O.V.A. y O.A.V (aunque esta última estructura no se da en ninguna lengua en el mundo en su forma habitual). Se debe ser consciente que esta división, propuesta por las gramáticas tradicionales, no permite resolver ciertos problemas y además impide comprender, de alguna manera, la especificidad de algunos idiomas habría que tener en cuenta, lo dicho anteriormente del binomio OBJETO VERBO (estructura básica) complementada interactivamente con el binomio comentario-tema.
La ausencia de la forma O.A.V, puede ser explicada si se entienden las siguientes reglas, que se observan en la relación Actor /Objeto:
Esta tendencia viene a confirmar la posible teoría que las lenguas primitivas primaran esta posición, porque era más importante lo QUÉ se hacía, sobre quién lo hacía. Importaba más el acto que el actor (antes era qué, quién). Lo importante era el que y ahora es el quien.
El elemento esencial es la acción, el verbo, y en él están integradas la mayor parte de las flexiones o valencias o alternativas.
En la síntesis de la estructura, el orden evolutivo pudiera ser el siguiente:
lo importante era la acción, sin embargo, en la actualidad por razones de la vida cotidiana, el tema ha pasado del objeto-verbo al actor.
La oración nació del objeto v.g. comida, agua, etc, una serie de objetos a los que posteriormente se les añadió el verbo al que se referían como acciones: comida comer, primando la acción de comer, sobre quien comía, la posterior evolución añadió el Actor, pero todavía primando la acción, fue en épocas posteriores cuando se produjo el cambio a la situación en la que nos encontramos en la actualidad, en gran parte de los idiomas occidentales, en la que prima, fundamentalmente, el Actor.
El cambio es grande, ya que se produce un cambio de estructura de siniestra a una de diestra, suponiendo una revolución en las lenguas. Aunque pueden existir casos intermedios. Para observar la transformación véase la tabla del orden universal.
Como se puede ver en la estructura:
OBJETO ACTOR VERBO
es decir:
O A V
incumple ambas reglas, lo que quizás explique por qué no se da en ninguna lengua conocida del mundo.
En resumen, podemos decir: al principio fue la palabra y esta fue un objeto, aunque la primera oración, seguramente fue una interjección.
La estructura sintáctica mínima está compuesta por las siguientes unidades: OBJETO-VERBO, junto a los binomios tema-comentario, comentario-tema complementados interactivamente.
Al igual que la más complicada matemática ha podido ser reducida a la combinación de O y 1 el más simple ordenador es capaz de resolver complicadas operaciones matemáticas, la sintaxis puede y debe ser entendida como la combinación de dos elementos, que pueden recibir distintos nombres según las funciones que estén cumpliendo. Los términos que se presentan a continuación son usados con un significado no totalmente equivalente a lo que suelen ser utilizados en las gramáticas tradicionales, a pesar de que todo se reduce a la estructura mínima: OBJETO VERBO, junto a los binomios tema-comentario complementados interactivamente.
Por lo tanto, cualquier estructura lingüística fundamental, por compleja que sea, puede ser reducida a estos dos componentes esenciales: tema comentario, comentario tema.
Las estructuras que hemos examinado anteriormente: determinante-determinado, tema-comentario, comentario-tema, OBJETO-VERBO, pueden sufrir de un modo primario variaciones que responden al siguiente esquema:
OV ESTRUCTURA BASICA
Esta estructura complementada interactivamente con el binomio tema-comentario, comentario-tema, desarrolla las siguientes variaciones, dando lugar a las:
ESTRUCTURAS COMPLEMENTARIAS
Oc Vt
Vt Oc
Las minúsculas son el tema (t) y el comentario (c). Según su situación si se colocan delante del signo que define el VERBO (V) o el OBJETO (O) significa que nos encontramos, normalmente, ante una lengua prepositiva, es decir, que utilizan preposiciones (castellano, francés, inglés). Si están detrás el tema, normalmente, se trata de una lengua postpositiva, es decir, que utilizan postposiciones (latín, japonés, chino, euskera).
Con estas pequeñas indicaciones podemos construir un cuadro que nos resume todas las posibles estructuras que se dan en el mundo.
Partiendo del binomio OBJETO VERBO, junto a los binomios tema-comentario, comentario-tema complementados interactivamente, duplicado por la posición, y duplicado por si son prepositivas o pospositivas en su modo de marcar el OBJETO y el VERBO. Cuando se le añade el ACTOR, este puede ocupar tres posiciones diferentes en cada una de las variantes iniciales, además de variar en su consideración de TEMA o COMENTARIO. En el siguiente cuadro se exponen las diferentes combinaciones:
VERBO TEMA
VERBO COMENTARIO
Las estructuras que hemos examinado anteriormente: determinante-determinado, tema-comentario, comentario-tema, OBJETO-VERBO, pueden sufrir de un modo primario variaciones que responden al siguiente esquema:
OV ESTRUCTURA BASICA
Esta estructura complementada interactivamente con el binomio tema-comentario, comentario-tema, desarrolla las siguientes variaciones, dando lugar a las:
ESTRUCTURAS COMPLEMENTARIAS
Oc Vt
Vt Oc
Las minúsculas son el tema (t) y el comentario (c). Según su situación si se colocan delante del signo que define el VERBO (V) o el OBJETO (O) significa que nos encontramos, normalmente, ante una lengua prepositiva, es decir, que utilizan preposiciones (castellano, francés, inglés). Si están detrás el tema, normalmente, se trata de una lengua postpositiva, es decir, que utilizan postposiciones (latín, japonés, chino, euskera).
Con estas pequeñas indicaciones podemos construir un cuadro que nos resume todas las posibles estructuras que se dan en el mundo.
Partiendo del binomio OBJETO VERBO, junto a los binomios tema-comentario, comentario-tema complementados interactivamente, duplicado por la posición, y duplicado por si son prepositivas o pospositivas en su modo de marcar el OBJETO y el VERBO. Cuando se le añade el ACTOR, este puede ocupar tres posiciones diferentes en cada una de las variantes iniciales, además de variar en su consideración de TEMA o COMENTARIO. En el siguiente cuadro se exponen las diferentes combinaciones:
Con estas reglas se pudiera escribir casi literalmente en los diversos idiomas. En otros idiomas hay otros matices que por no ser exhaustivos no planteamos aquí, pero las reglas generales son similares.
De este modo, se puede entender parte de la complejidad lingüística de un modo menos dificultoso. Sabemos que en el camino pueden quedarse gran cantidad de matices, sin embargo, por su potencia explicativa y su sencillez se opta por esta reducción que permite apuntar una posible explicación acerca de la estructura lingüística de la mayoría de los lenguajes del mundo.
Podemos observar de este modo dos casos de ergatividad de construcción siniestra en el Inglés, que no se debe olvidar responde en su construcción general a una estructura de diestra, v.g.:
Desde un punto de vista más complejo, los diferentes idiomas y sus estructuras lingüísticas pueden ser reducidas y entendidas según la posición que adopte el TEMA:
DIESTRA / SINIESTRA (orden)
DIESTRA: Car of Peter*
SINIESTRA: Peter’s car
(los ejemplos son forzados, al cambiar la tendencia natural en la lengua)
Esta distinción se puede hacer también en estructuras más complejas:
En alemán la frase principal suele ser de diestra y la secundaria de siniestra.
Lo dicho hasta ahora, puede ilustrarse de una manera más clara si observamos cómo las diferentes lenguas expresan el genitivo o complemento del nombre, que a su vez refleja la relación del binomio básico:
DETERMINADO + DETERMINANTE | |
---|---|
v.g. Libro de papel | Paperezko liburua |
Francés Castellano Inglés (latino) Ruso | Euskera Alemán Japonés Chino Inglés (sajon) |
Diestra
Tema — Comentario
Nominales
Nombre — complemento
Nombre — adjetivo
Nombre — relativo
Nombre — proposición
Verbales
Verbo — adverbio
Verbo — objeto
Verbo — circunstancias
(Verbo-objeto) — circunstancias
Nominales verbales
Actor — verbo
Actor — objeto
Actor — (verbo-objeto)
Actor — [(verbo-objeto)-circunstancias]
Afijos (nexos)
Preposición — nombre
Determinante — nombre
Prefijo — nombre
Negación — nombre
Interrogación — nombre
En síntesis, la construcción de DIESTRA sería como sigue:
El inglés no sigue la norma del adjetivo en la estructura de diestra.
En todas ellas se usan preposiciones/ afíjos (prefijos).
Siniestra
Comentario — Tema
Nominales
Complemento — Nombre
Adjetivo — Nombre
Relativo — Nombre
Proposición — Nombre
Verbales
Adverbio — Verbo
Objeto — Verbo
Circunstancias — Verbo
Circunstancias — (objeto-verbo)
Verbales nominales
Actor — verbo
Actor — objeto
Actor — (objeto-verbo)
Actor — [circunstancias-(objeto-verbo)]
Afijos (nexos)
Nombre — Posposición
Nombre — Determinante
Nombre — Sufijo
Nombre — Negación
Nombre — Interrogación
En síntesis, la construcción de SINIESTRA sería como sigue:
En cuanto al adjetivo, el euskara no sigue esta norma.
En todos ellos se usan postposiciones, afijos (sufijos).
ESTRUCTURA DE DIESTRA | |
---|---|
Tema-comentario —————–> PLURAL+DEMOSTRAT.+ART.+ADJ.:AFECTIVO+EVALUAC+TAMAÑO+COLOR Comentario – Tema <—————– | |
ESTRUCTURA DE SINIESTRA |
El orden ACTOR-OBJETO no varía lo que sucede es que en un caso el actor es el tema y el objeto el comentario, en otro el objeto es el tema.
Estas reglas universales reflejan el orden natural, aunque en la mayoría no se cumplan absolutamente todas, porque en todas ellas se da una situación mixta, existen ciertas mezclas, en la mayor parte de ellas conviven estructuras de diestra y de siniestra.
El orden básico que se ha ofrecido hasta ahora: determinado-determinante, tema-comentario, en el que el primero es el objeto principal de la comunicación es el ACTOR, el objeto animado, en la mayoría de los idiomas indoeuropeos. No obstante, se dan formas en las que el elemento central e importante de la frase no era el ACTOR sino el OBJETO. Lo que importaba era que es lo que se hacía, se rompía o cualquier otra acción, no tanto quién la hacía. Importaba más el qué que el quién. Sin embargo, quizás por la progresiva alteración de las costumbres, hizo que el «centro de gravedad» de la frase se desplazase del OBJETO al ACTOR. En consecuencia, el objeto-verbo (sintagma verbal) dejó de ser el determinante para convertirse en el elemento secundario de la frase, en el determinado; el puesto clave lo ocupó el actor (sintagma nominal) que pasó de ser determinante.
No obstante, la situación, desde un punto de vista estrictamente lingüístico, es hoy en día mixta. En general, se da más dominio de una construcción sobre la otra en cada lengua, por lo que resultaría conveniente hablar de grados de predominio.
Con todo esto hemos llegado a lo que, con propiedad, llamamos ESTRUCTURAS FUNDAMENTALES:
Los esquemas anteriores responden a los más usuales, dándose otros como se ha visto antes.
Los elementos de la oración son: actor acción objeto circunstancias. Por ello se debe hablar de: actores de la acción, objetos de la acción y circunstancias de la acción.
DIESTRA: TEMA – COMENTARIO
ACTOR, CUALIDAD DEL ACTOR ———–> ESTRUCTURA TEMÁTICA
ACCIÓN, CUALIDAD DE LA ACCIÓN, OBJETO PRINCIPAL, OBJETO FINAL, CIRCUNSTANCIAS ———–> ESTRUCTURA COMENTARIO
SINIESTRA: COMENTARIO – TEMA
CUALIDAD DEL ACTOR, ACTOR ———–> ESTRUCTURA COMENTARIO
CIRCUNSTANCIAS, OBJETO FINAL, OBJETO PRINCIPAL, CUALIDAD DE LA ACCIÓN, ACCIÓN ———–> ESTRUCTURA TEMÁTICA
Sin embargo, con esta estructura fundamental únicamente hemos explicado lo que generalmente se entiende como oraciones simples, dejando aparte las coordinadas y las subordinadas.
Para explicarlas es necesario la intervención de la relación entre estructuras simples mediante la postposición, preposición y la conjunción.
POSTPOSICION:
(Une palabras o conjuntos de palabras de la misma naturaleza sintáctica) Elementos que relaciona (nexos) los nombres con el elemento principal (actor u objeto).
CONJUNCIÓN:
(Une palabras o conjuntos de palabras de distinta naturaleza sintáctica). La conjunción relaciona las proposiciones en una oración compuesta.
Teniendo además en cuenta lo anteriormente dicho, podemos observar que estas oraciones compuestas van a estar siempre estructuradas en dos oraciones: una principal y otra secundaria, convirtiéndose esta última en el comentario de la primera.
Además, no se debe olvidar que para nosotros las oraciones subordinadas realizan la función de la categoría lingüística a la que representan. Así, por ejemplo, un a subordinada adverbial, realiza la función de un adverbio y puede ser analizada como tal, una subordinada adjetiva, la de un adjetivo, y así un largo etcétera.
Ahora es el momento, de una vez conocida la interacción de los tres elementos de nuestro triángulo lingüístico:
Pasar a la explicación de los papeles que pueden desempeñar las distintas categorías empleadas hasta ahora. En concreto, al actor, el objeto y las circunstancias (las cuales vamos a dividir en circunstancias personales y circunstancias situacionales o locales).
Esta distinción entre circunstancias personales y circunstancias locales o situacionales, no sólo se da en lo que generalmente se ha entendido como casos o declinaciones, sino que también se observa en el verbo. Así por ejemplo se suele hacer una distinción en el verbo vasco entre EDUKI y UKAN.
Se puede malinterpretar esta distinción si no se es consciente de que en el caso del verbo UKAN no estamos refiriendo a una posesión personal y en el caso del verbo EDUKI a una posesión local. Aunque el uso puede deformar estas tendencias.
Lo mismo sucede en el caso del castellano, con la dicotomía: SER-ESTAR, o HABER-TENER.
En el caso de los verbos: Ser, Haber, nos encontramos ante circunstancias personales, y en el caso del Estar y el Tener, ante circunstancias locales.
Un caso paradigmático de todo esto es el caso del japonés que, anteponiendo dos partículas distintas, puede, con la misma frase, determinar a qué circunstancia se está refiriendo, v.g.
«El cielo es azul», «sora wa aoi desu» (cielo/determinante) azul / es, antepone la partícula wa (determinado, circunstancia personal).
«El cielo está azul»/» sora ga aoi desu» (cielo/determinado) azul / es, antepone la partícula ga (indeterminado, circunstancia local)
Una aplicación de todo lo dicho puede verse en la siguiente síntesis sintáctica:
Este mismo análisis puede variar según en el contexto en que se situé.
PALABRAS LLENAS
Lo que hemos visto hasta ahora viene a corroborar nuestro punto de partida y análisis:
Una de las claves más importantes de la gramática universal es que es binómica.
El tema principal es que exista un orden binómico de derechas (diestra: tema comentario) y otro de izquierda (siniestra: comentario tema). Este binomio está presente desde la estructura más sencilla y elemental hasta la más compleja: la oración (incluso en las compuestas).
Y por otro lado que dentro de las lenguas existen una serie de planos:
FORMAL: la forma
ORDINAL: el orden de diestra o de siniestra
ESTRUCTURAL: el binomio comentario tema, tema comentario
Pero esta estructura binomica no se da solo a nivel de estructura sintáctica, sino que se da, incluso, dentro de lo que generalmente se entiende por categorías lingüísticas: sustantivo, adjetivo, adverbio, verbo, y todas sus clases y derivaciones.
Las que normalmente se entiende como categorías lingüísticas pueden ser redefinidas, siguiendo un esquema binómico, de un modo que nos permita intercambiarlas, según la valencia o flexión que las determine principalmente.
Así:
Como hemos dicho anteriormente, esta es su valencia o flexión principal, ya que poseen otras, que son las que les dan todas sus especificaciones. En el caso del verbo, v.g.:
Concepto + Acción + Tiempo + Aspecto … = VERBO
Sin ánimo de ser exhaustivos, la lista de valencias o funciones lingüísticas sería:
CONTEXTO
Todas ellas pueden presentarse en diferentes grados y estados. Así, por ejemplo, la temporalidad: presente, pasado, futuro, habitual, perfecto, imperfecto, etc.… el género: masculino, femenino, neutro, en algunas lenguas africanas puede haber más de siete géneros.
Es por ello que preferimos hablar de palabras llenas, ya que cualquier palabra o categoría lingüística, por insignificante que parezca, aporta gran cantidad de información, v.g, la partícula «te» puede aportarnos gran cantidad de información si la analizamos rigurosamente. Así, «te» nos dice que es «a tu», es decir, en ella se da una posesión local, es dativo, cercano, singular etc…
Su tabla de valencias sería:
concepto +
te
caso dativo: a | t |
persona: segunda | c |
género: depende del contexto | c |
número: singular | c |
Mio pudiera estar desglosado en «yo de» una palabra llena «mio» está compuesta de «yo» existencia, personal, género, número, y «de» genitivo personal, en conjunto «mío» sería como en el caso del japonés «yo de», es decir, un genitivo personal, existencia, género, número, persona, dicho en dos palabras.
En todas las categorías lingüísticas se puede establecer este análisis, llegando a una descomposición en la cual una de las valencias, o flexiones o funciones, adquiere el carácter principal y las otras un carácter secundario, reapareciendo de nuevo el binomio clásico, tema-comentario.
Generalmente cada categoría lingüística se suele caracterizar por una valencia determinada, y una serie de secundarias, que establecen una jerarquía de comentarios.
Así, por ejemplo:
concepto +
existencia = nombre
cualidad = adjetivo
acción = verbo
modo = adverbio
Es decir, un nombre es la interacción dinámica de un concepto y la valencia de la existencia (que actúa como comentario) y múltiples comentarios (las otras valencias que pueden estar o no estar presentes).
Por ejemplo: casa, tiene una existencia, un número, género, determinación, animación, finitud, etc. Todo ello se puede representar del siguiente modo:
concepto +
existencia | T |
persona | C |
número | C |
género | C |
animación | C |
En un contexto determinado, la jerarquía de comentarios será distinta que, en otro contexto, en el que puede primar más el número o la concrección o la determinación, e incluso en casos particulares hacer que existan dos temas o que incluso la valencia principal pasara a secundaria, convirtiéndose en un comentario.
En cuanto a el verbo puede poseer valencias o flexiones infinitas que le caractericen, aunque su valencia principal es la acción.
Sin embargo, ahora nos interesa destacar dos: el caso y el aspecto.
En cuanto el aspecto, nos indica si una acción se está realizando (Aspecto imperfectivo) o se ha realizado ya (Aspecto perfectivo).
En cuanto al caso, nos va a servir para distinguir dentro de esta valencia una serie de grados (no se olvide que en todas las valencias se pueden dar infinitos grados). En concreto en el verbo, podemos hablar de cuatro, según sean los actores de la acción:
Una vez conocida esta interacción entre el binomio básico: tema-comentario y las categorías lingüísticas y sus valencias, podemos explicar las funciones lingüísticas, someramente, y como son realizadas por medio de estas categorías en virtud de su valencia principal.
Un verbo puede estar sujeto al siguiente análisis:
La función básica y principal de un lenguaje es la comunicación. El lenguaje es la herramienta que los seres humanos utilizan para satisfacer la necesidad imperiosa de comunicarse. Todos los lenguajes del mundo sin excepción alguna articulan un sistema de comunicación que permite concretar e intercambiar mensajes. Aunque la diversidad de las múltiples soluciones establecidas por los diferentes lenguajes pueda aparentar lo contrario, esto no sucede. Se van a describir las diferentes funciones que todo lenguaje cumple y, por lo tanto, se van a explorar reglas que se dan por supuestas, pero sobre las que raramente se reflexiona. Por ejemplo, si se dice: «HOMBRE»
El vocablo HOMBRE está sin determinar, HOMBRE es un concepto abstracto.
A pesar de todo si realizamos su tabla de categoría veríamos lo llena que está de información. Todo ello dentro de un determinado contexto.
concepto +
existencia | tema |
género | comentario |
número | comentario |
género | comentario |
concreción | comentario |
animación | comentario |
En un contexto el tema sería el género, en otro que es un objeto animado, etc. En un contexto histórico, al referirnos al hombre del siglo XVI no tendría género, etc.
Si se quiere pasar de la abstracción a un mensaje se han de utilizar referencias concretas, es decir, marcas individuales que singularicen el concepto abstracto HOMBRE, v.g EL hombre.
Ya se ha pasado de la primera abstracción a una entidad ya identificada que, lógicamente, necesita posteriores marcas que nos lo identifiquen aún más: que nos lo relacionen, que nos lo cualifiquen, que nos lo cuantifiquen hasta conseguir, si se desea, una determinación completa.
Si se dice «hombres» se consigue una primera determinación (en la jerarquía de comentarios, el numero ocupa el lugar principal). Un grado superior de determinación se consigue si se le añade un identificador «los hombres». El siguiente grado se obtiene con un cuantificador «los tres hombres».
Otros idiomas lo harán de otra forma, pero siempre tendrán que tener: identificación, relación, etc.
IDENTIFICACIÓN (EL ARTICULO)
Todos los lenguajes del mundo identifican el actor y el objeto en torno a los cuales se articulan los mensajes y la comunicación. Por ejemplo, en castellano los artículos, tanto determinados como indeterminados: un hombre, los hombres. La distinción entre ambos viene marcada por el grado de identificación.
El artículo es la marca que, situada delante del nombre, sirve para indicar si el objeto designado por éste es conocido o no. Su valencia principal es la identificación y según el grado de identificación que aporte podemos clasificarlos en determinados o indeterminados.
LA RELACIÓN (ADJETIVOS DEMOSTRATIVOS, PERSONALES Y POSESIVOS)
Al igual que todos los idiomas de un modo o de otro han de identificar a los elementos del discurso comunicativo, también han de relacionarlos. Es decir, mostrar el lugar que ocupan en dicho discurso. Esta relación puede ser demostrativa, personal de existencia, personal posesivo, personal local.
La relación demostrativa sitúa a un elemento en función de la proximidad o lejanía que ocupa, es decir concreta o limita la significación o extensión del nombre estableciendo una relación de espacio.
Esta función, realizada con el adjetivo demostrativo, aunque se realice de un modo diferente en los distintos idiomas, todos tienen en común el establecer la dimensión espacial, comúnmente en dos o tres grados:
Vemos como en la tabla de valencias del adjetivo demostrativo el comentario principal es la localización espacial, la cualidad que intenta mostrar adjetivo es una cualidad espacial.
concepto +
existencia | comentario |
cualidad | tema |
género | comentario |
localización | comentario |
Vemos como en este caso el comentario principal es la valencia de la localización que puede fácilmente convertirse en el tema.
La relación personal posesiva, como función de la relación conecta los elementos del discurso con los sujetos o personas, indicando su relación de propiedad respecto de la persona que habla, de la que escucha, o de una tercera persona de quien se habla. Esta función, en todos los lenguajes, se realiza mediante el adjetivo posesivo.
El adjetivo hace referencia a una cualidad del nombre al que acompaña, determinándole y cualificándole (v.g. montaña bella), o añadiéndole un significado preciso a un nombre (v.g. montaña nevada), o indicando un número o expresando un orden (v.g. dos montañas) y una sucesión. El adjetivo posesivo hace referencia a la cualidad de propiedad con respecto a las personas integradas en la comunicación.
Como curiosidad en chino, el posesivo se hace con la postposición «de», curiosamente igual que en los idiomas europeos en la que es preposición. En japonés el posesivo locativo es la postposición «de» también, y no así el personal.
En chino wo de shu (yo/de/libro) = el libro mío.
Wo péngyoo de shu (yo/amigo/de/libro) = el libro de mi amigo.
En japonés, watashi no hon (yo/de/libro) = el libro mío.
LA CUALIFICACIÓN (ADJETIVOS CALIFICATIVOS)
Si digo perro, nos referimos a un animal. Si digo perro negro se habla de un perro precisamente de este color. La palabra negro es un adjetivo calificativo que de alguna manera precisa o limita el significado del nombre perro.
Esta función, de determinación, se realiza mediante la subfunción de la cualificación, que consiste en dar una propiedad relevante al discurso, es decir, añade cualidades (v.g. perro blanco). Se suele realizar mediante el adjetivo calificativo, que atribuye propiedades que limitan o precisan a los elementos protagonistas de la comunicación, su valencia principal es la cualificación.
Generalmente se suele hablar de cualificación nominal (v.g casa grande, caballo veloz) y de cualificación proposicional (v.g. la casa que está en el monte es de Pedro) pero este estudio se limitará a la nominal, porque ambas cumplen, de distinto modo, la misma función y siguiendo nuestra norma básica, la explicación de la complejidad por la sencillez, se tiene que explicar únicamente la que expresa de un modo más claro el contenido de esta función, la cualificación nominal.
En la cualificación nominal lo más normal es poner el adjetivo delante del nombre, v.g. en chino, inglés, alemán, ruso. En árabe clásico, sin embargo, el adjetivo se coloca detrás del nombre. En francés, español el orden normal es detrás, aunque puede cambiar alterando el significado (v.g un viejo amigo, es distinto de un amigo viejo).
Se pueden distinguir tres grados de significación del adjetivo: positivo, cuando expresa una cualidad (rojo); comparativo, cuando expresa el grado de esta cualidad en relación con un segundo término (más rojo), y cuando expresa cualidad en grado extremo (rojísimo).
LA CUALIFICACIÓN (PLURALES, CUANTIFICADORES)
Con esta función lo que se pretende es indicar la cantidad de cosas o entidades que toman parte o a las que se refiere el discurso, es de decir, para indicar si una palabra se refiere a una sola idea, persona o cosa, o a varias.
Esta función puede realizarse de dos modos, con el plural o añadiendo cuantificadores, que son elementos que se añade al nombre para indicar la cantidad.
Es distinto si se dice la casa, con lo que se está refiriendo a una sola casa.
Si por el contrario/ se quieren expresar varias cosas o ideas se utilizan el plural o los cuantificadores: las casas o dos casas. En este caso la valencia principal sería el número.
En cuanto a los cuantificadores, palabras especiales que determinan el plural, se puede hacer una distinción clara: aquellos idiomas que los necesitan el cuantificador y el plural, como el inglés, el español, y aquellos idiomas que no necesitan añadir el plural, v.g: el húngaro, y el árabe clásico, además del euskera (etxe bi = dos casas; el nombre va en singular, mientras que en castellano el nombre va, necesariamente, en plural).
La cuantificación no se puede hacer igual con todas las entidades, por ejemplo, no se puede decir dos aguas o dos vinos, a no ser que se confunda el continente con el contenido y se esté refiriendo a un vaso de agua, etc. En inglés se expresa claramente con la distinción entre contables e incontables.
Se ha visto, hasta ahora, varias funciones lingüísticas que comunes a todos los idiomas del mundo, se realizan utilizando distintas soluciones próximas entre sí.
Todas las funciones descritas en este capítulo responden a una misma finalidad, determinan la estructura del discurso mediante mecanismos casi comunes colocan una serie de marcas que:
LA ASIGNACIÓN (SEÑALIZACIÓN)
Se ha visto cómo los diferentes lenguajes determinan: con la identificación, la relación, la cualificación y la cuantificación. Ahora se debe examinar cómo se aporta mayor información en el discurso. Por ejemplo: esta radio.
Se ha determinado ya de un modo concreto a qué radio se está refiriendo, sin embargo, si se dice: esta radio está delante de mí, se ha asignado una cualidad o característica a la radio, ya se puede distinguirla con más facilidad de otras radios: porque se le ha asignado una localización, un lugar en el espacio, está delante de mí.
Su tabla de valencias sería la siguiente:
concepto +
localización | t |
género | c |
existencia | c |
número | c |
También puede variar según el contexto.
Esta función lingüística es la asignación, que consiste en predicar, decir, afirmar, algo de objetos ya determinados anteriormente en la estructura lingüística.
Este hombre está delante de la casa, se está localizando a un hombre determinado, asignándole una existencia. Si además se dice ESTE HOMBRE ESTA DELANTE DE MI CASA GRANDE. Se está añadiendo a las asignaciones anteriores una nueva, que consiste en atribuirle una cualidad (que es grande).
Esta función, la asignación, tiene una serie de subfunciones: la localización, la posesión, la existencia y la atribución.
Generalmente, la localización, se realiza por medio de los adverbios de lugar: los libros están encima de la balda.
Se ha localizado a los libros a los que se refiere asignándoles un lugar, mediante el adverbio de lugar. Su valencia principal es la localización, es decir concepto+acción+lugar.
LA POSESIÓN (PERSONAL Y LOCAL)
Una distinción importante en la función de la posesión es la que ha de hacerse entre posesión personal y local. En este sentido, el caso del euskara resulta particularmente ilustrativo, ya que para remarcar esta distinción se utilizan verbos diferentes que causan una primera confusión entre los estudiantes, v.g. Para el caso:
personal: belarri bi ditut
local: bi kapela dauzkat
En la posesión personal, cuando decimos kapela dut se refiere a mi sombrero con un matiz muy personal, sin embargo, cuando decimos kapela daukat nos referimos a un sombrero que puede no ser el mío, con un matiz más local (situacional). Por supuesto que el uso puede variar esta tendencia de la lengua.
LA PARTICIPACIÓN (ACTIVIDAD)
NOMINATIVIDAD Y ERGATIVIDAD
La siguiente función es la participación, que establece la inclusión, o la actividad en la acción a la que se refiere el discurso o la estructura lingüística, así como la forma de actuar de los distintos elementos y sus características dentro de ella. En un lenguaje es muy importante indicar quién o qué es el actuante (actor).
Y también indicar en qué relación se encuentra respecto a los demás, ya que si esto queda inconcreto o confuso la comunicación queda gravemente comprometida. Ya que no es lo mismo decir: Juan da a Pedro que Pedro da a Juan.
Sus dos subfunciones principales son:
a.- Voz nominativa
Generalmente se suele recordar como dos conceptos radicalmente opuestos y excluyentes la transitividad y la intransitividad del verbo cuando se estudiaba gramática según los preceptos tradicionales. No obstante, hace ya tiempo que no se consideran ni opuestos ni excluyentes. La actual concepción hace más hincapié en grados de transitividad e intransitividad.
La voz nominativa incluye tanto la transitividad como la intransitividad porque a pesar de las distinciones clásicas aquella depende del elemento con el cual estén relacionadas y al cual determinan. Así la mayor transitividad se dará cuando, en la estructura, una persona respecto a un elemento lo determine de tal modo que lo cambie de un modo notorio este cambio puede ser tanto local como temporal, como afectar a su propia estructura.
En el otro lado, es decir, en el de la intransitividad, la persona o el elemento que lleva la parte principal de la acción (ya sea un animal, una cosa u otros seres) no modifica, crea o determina de un modo notorio al objeto, ya que no le cambia ni su estructura, ni su estado, ya sea de un modo temporal o local. Sin embargo, en el extremo de menor transitividad, cuando se establece una estructura de verbo sin objeto, se puede observar que no se dan este tipo de modificaciones.
Aunque esta distinción posee matices, v.g. existen verbos transitivos que pueden funcionar de un modo intransitivo y a la inversa.
b.- Voz ergativa
La siguiente subfunción es la voz ergativa, que ha sido mal interpretada corrientemente por una infravaloración de la importancia de la ergatividad con respecto a la nominatividad. La interpretación clásica consideraba a la ergatividad como un estado «menos evolucionado» lingüísticamente que la nominatividad. Indudablemente las lenguas ergativas son más antiguas y daban mayor importancia lo qué se hacía sobre quién lo hacía, el Objeto- acción sobre el Actor, y en la actualidad se da mayor importancia al Actor que al Objeto Acción. La malinterpretación estaba basada en el hecho de que las lenguas ergativas son menos conocidas que las nominativas. Estas últimas centraron la atención de los lingüistas, que eran hablantes de lenguas nominativas y aplicaron sus esquemas al estudio de todas las lenguas.
En la voz Nominativa el Actor no va señalizado, el nominativo va sin señalizar, el acusativo y el dativo van señalizados. En definitiva, la identificación o marca del nominativo es que no lleva señal, o por su posición.
Si se toma un ejemplo del Euskara, para comparar los grados de transitividad:
Mikel Bilbon egongo da (Miguel estará en Bilbao)
Mikelek janaria egingo du (Miguel hará la comida)
Aunque parezca que existe una distinción, si se examina de un modo más detenido se puede observar que lo importante es establecer la posición sintáctica, es decir saber si nos encontramos ante una construcción Comentario Tema, o una Tema Comentario para evitar confusiones. Durante años los lingüistas han trazado una línea de división entre las lenguas ergativas-absolutivas y nominativas-acusativas.
La falta de transitividad que se da en las ergativas se debe a que el tema está en el objeto-verbo y no en el actor. Se da el caso del japonés que no tiene sujeto, es claro que no lo necesita.
En algunas lenguas existen ambas estructuras, v.g. el hindú, el nepalés, el georgiano…. Además, lo más importante es que, una lengua puede ser sintáctica o semánticamente ergativa sin serlo morfológicamente (es decir, sin tener las terminaciones que marcan la ergatividad, apareciendo ésta de un modo «velado»).
LA RELACIÓN
Esta función lingüística se encarga de establecer una relación entre las personas que protagonizan la comunicación con las circunstancias en que se producen. Resulta de gran importancia ya que si no se conoce de un modo eficaz a quién se está refiriendo, en qué momento se está o en qué lugar se encuentra, o en el contexto entonces la comunicación se vería gravemente comprometida, pudiendo convertirse en ineficaz.
Para relacionar el discurso con las personas se utiliza la relación personal, con ello se garantiza el conocimiento de las personas que intervienen, así como su papel dentro de él, del mismo modo para comunicar el lugar donde se realiza la estructura se utiliza la relación local, finalmente para indicar el tiempo en que se da la comunicación se hace uso de la relación temporal. Como se verá la explicitación clara de estas tres funciones es un objetivo prioritario de toda estructura lingüística, ya que si no las realiza adecuadamente resulta muy ineficiente. Además de todos estos, de hecho, existen: el aspecto, etc…
Estas funciones utilizan una serie de marcas que en el caso de la relación personal son los pronombres personales, además de la flexión personal del verbo. La relación local utiliza los pronombres y adjetivos demostrativos. Finalmente, la relación temporal utiliza los adverbios temporales y la conjugación verbal.
En la relación personal la primera sorpresa es la diversidad de personas que se encuentran al estudiar los pronombres personales. Esta diversidad no es tal, ya que puede ser reducida a dos elementos básicos o a lo sumo tres, en concreto las unidades mínimas serian «tu» y «yo». Para denotar una tercera persona en castellano «él», se está diciendo que es una persona existente y lejana. Las demás personas no son más que combinaciones posibles de estos tres elementos.
Su tabla de valencias sería:
concepto +
el
localización | t |
persona | c |
existencia | c |
En la relación local (situacional) lo que se quiere marcar son lugares y su relación respecto al sujeto que está realizando la estructura. Por lo tanto, según quién sea el polo de referencia se utiliza una marca u otra, en este caso los pronombres y adjetivos demostrativos, que indicaran la proximidad o lejanía respecto al protagonista.
En la relación temporal se intenta establecer una conexión entre el protagonista de la acción y el tiempo en que sucede dicha acción, en breves palabras, se intenta marcar el desarrollo temporal del discurso.
LA PERTINENCIA O COMPROBACIÓN
La pertinencia o comprobación es la función que se encarga de conectar el discurso con un conocimiento previo. Conecta algo que ya se conoce con las aportaciones que se pueden recibir mediante una nueva comunicación lingüística y así obtener más información. Si estas dos partes estuvieran desconectadas no se recibiría ningún tipo de información, o sería ésta errónea si esa nueva información no se apoya en algo conocido para nosotros no pertinente o comprobado y no significará nada para nosotros, v.g. si no se nada de álgebra y nos presentan una simple ecuación como » x+1 =3 » se será incapaz de entenderla y mucho menos de resolverla.
Del mismo modo/ en los lenguajes sucede algo semejante, ya que se puede entender el lenguaje o el código lingüístico, pero no ciertos mensajes. Por otro lado, nmnfgjkvgj puede no significar nada, sin embargo, tener sentido en el contexto determinado en que esta combinación posea un significado previamente establecido, es decir que sea decodificable, y, por lo tanto, pertinente en dichas circunstancias comunicativas. Del mismo modo, si la información que se recibe no se conecta con el anterior conocimiento no se recibirá ninguna nueva información. Así, v.g., si no se está formado en un campo de investigación y se recibe una información especializada, será capaz de reconocer los sonidos e incluso reproducirlos sin embargo no se comprenderá lo qué se quiere decir.
En un contexto mucho más familiar si, al principio de una conversación el interlocutor nos nombra a Juan, un nombre común, sin otras indicaciones, referencias o determinaciones no se sabrá a qué Juan se está refiriendo. Para salir de la confusión nos obliga a preguntarle a qué Juan se refiere, es decir, que nos determine, asigne, relacione a ese Juan con el tema de la conversación anterior.
Existen pues, dos elementos en el proceso de comunicación
Estos elementos se pueden denominar tema y comentario, respectivamente.
El comentario es la parte que indica lo nuevo que aporta el discurso, sin embargo, esto no es del todo cierto, la novedad surge de la interacción entre los dos elementos, el tema y el comentario. El uno sin el otro no serían capaces de estructurar una comunicación pertinente (coherente). V.g. Si en una conversación se comenta al interlocutor Juan ha dado un libro y él sabe a qué Juan se refiere el mensaje, Juan sería el tema y ha dado un libro sería el comentario. El comentario ha dado supone nueva información sólo si interacciona con el tema. Con otras palabras, el comentario ha dado, sólo aportaría muy poca información, necesita el tema, el conocimiento previo, para ser pertinente.
La realización de la pertinencia es posible mediante los siguientes métodos:
Las tres primeras, y otras menos importantes, pertenecen a lo que podríamos denominar pertinencias finitas, porque son limitadas, fácilmente identificables y definibles.
El contexto, por el contrario, pertenece a lo que podríamos denominar pertenencia infinita, porque es ilimitadas, difícilmente identificable, e indefinibles, es imposible conocer sus límites.
LA NEGACIÓN
Si se pregunta se hace cuando se una estructura, se ha de constatar que lo que se hace no es que afirmar que lo dicho en el comentario no guarda relación con la información contenida en el tema. Si se dice Los hombres no son altos se está diciendo que la altura es una propiedad que no puede ser aplicada a dichos hombres.
Esta negación puede ser realizada de diversas maneras: mediante un verbo negativo, mediante una partícula negativa (español: Yo no veo), o añadiéndole una partícula auxiliar (como en el caso del inglés: I do not see; y del francés: Je ne vois pas).
IDENTIFICACIÓN
Dicha identificación se realiza mediante la interrogación que puede ser de dos tipos:
La interrogación absoluta afecta a toda la oración y se realiza, en los diferentes idiomas, por medio de la entonación o el orden de las palabras o por medio de partículas. El inglés y el español utilizan el cambio de orden (Lidia se ha casado- Se ha casado Lidia?; y en Inglés: Lidia has married- Has Lidia married?), el chino utiliza la partícula «ma «, normalmente. El Euskara utiliza ambos métodos, por un lado utiliza la posición de las palabras y por otro utiliza la partícula «al».
La interrogación relativa se utiliza para resaltar el elemento de la estructura que se quiere que sea resaltado. Esta indicación se hace generalmente con los pronombres interrogativos.
LA RESALTACIÓN
Es interesante indicar que, además de la negación del comentario y la interrogación se pueden utilizar técnicas de resaltación, que permitan marcar de una forma concreta que es lo que se quiere poner de relieve. De este modo, se consigue resaltar (enfatizar) una palabra o una parte de la oración sin establecer cambios en la estructura. Hay lenguas que al resaltar cambian la estructura de la frase.
EL CONTEXTO
El contexto, como hemos dicho anteriormente, pertenece a lo que podríamos denominar pertenencia infinita, porque es ilimitado, también difícilmente identificable e indefinible, (es imposible conocer sus límites).
Cuando nosotros decimos la palabra «AMOR», según el contexto en que nos encontremos, v.g. en un contexto personal: madre e hija, amigo-amiga, esposos, amigo-amigo, amiga-amiga, actuando interactivamente con otros contextos, como, por ejemplo, en una situación romántica, o en lugar: la cama, o en un tiempo, o un timbre, un tono, etc. puede tener múltiples significados diferentes.
El contexto, tiene entre sus infinitas características, la particularidad de variar con la historia de cada persona.
Esto también sucede, por supuesto, con palabras concretas, como por ejemplo silla, tienen un concepto diferente en diferentes personas, situaciones, lugares, tiempos, etc…
Una frase con una forma (las palabras), un orden (el orden de diestra o de siniestra) y una estructura (el binomio tema-comentario, comentario-tema etc), en diferentes contextos tiene distintos significados.
Se puede imaginar un prisma de base un triángulo equilátero, que en cada uno de sus vértices respectivos esta lo formal, ordinal, estructural, y en su altura los infinitos contextos que puede poseer este triángulo formando el prisma lingüístico. Esto se puede transformar en una estructura algebraica de una variable independiente y de infinitas variables dependientes.
Los contextos pueden ser infinitos: PERSONAL, TEMPORAL, SITUACIONAL, (lugar, el tiempo, la historia, la relación personal, las vivencias, los recuerdos, etc.)
Nunca habrá dos contextos iguales, porque puede haber cambiado el tiempo, las personas, el lugar, las circunstancias, el entorno, las vivencias, el tono, el timbre, etc. Incluso el aspecto más trivial puede cambiar el significado de una frase.
«La sentencia de Heráclito» Nadie se puede bañar en el mismo río » tiene aquí una aplicación real.
Es por ello que el contexto sea la valencia que hace que las demás valencias adopten una posición en la jerarquía de comentarios o que incluso usurpen el lugar del tema, en un momento determinado.
A pesar de todo, como es necesaria la comunicación, debemos establecer un puente universal, que pueda permitir comunicarse, aun siendo conscientes de las limitaciones que nos impone la imposibilidad de definir los múltiples contextos que interactúan en una frase. Este puente universal pudiera ser la plasmación de un lenguaje de acuerdo a las normas de la gramática universal.